5/3/09

Los ideales de belleza, en debate

Por OMAR GIMENEZ

Mientras la ley de talles aprobada en la Provincia exige a los comercios tener en stock todas las medidas de los modelos a la venta generando adhesiones y resistencias, aparecen en el mundo iniciativas destinadas a revisar el estereotipo femenino basado en la extrema delgadez e instalado a través de las super modelos. Detrás de las propuestas, que apuntan a rescatar la belleza natural de la mujer por sobre los cánones "inalcanzables" impuestos por el mercado, subyace la urgencia por frenar la creciente incidencia de los trastornos alimentarios, que afectan, sólo en la Argentina, a una de cada diez adolescentes y a edades cada vez más tempranas.

Por estos días, el ideal de belleza femenino basado en la delgadez extrema e instalado desde hace tiempo a través de las super-modelos aparece más cuestionado que nunca. Mientras una ley provincial recientemente sancionada exige que los comercios de ropa femenina ofrezcan una amplia gama de talles contemplando no sólo a las más delgadas -como sucede en la actualidad- sino también a las rellenitas, acostumbradas a irse de muchos negocios con las manos vacías, crecen las iniciativas que en el mundo tienden a reivindicar otro modelo de belleza, más natural y más próximo a lo que denominan la "mujer real", esa que pesa más que las modelos de moda y que muestra sus arrugas o sus canas.

Detrás de iniciativas de este tipo late una urgencia: la de reducir la incidencia hoy creciente de trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia, que ataca a edades cada vez más tempranas y que se vincula con el imperativo que pesa fundamentalmente sobre las adolescentes de ajustar sus medidas a las de un ideal estético que no se condice con el promedio: se estima que cada 8 mujeres que en el mundo responden a los cánones de belleza vigentes son 3.000 las que tienen otras características físicas.

Con todo ni unas ni otras iniciativas tiene el camino despejado. La ley de talles bonaerense ya tropieza con la crítica de comerciantes y fabricantes que prometen acudir a la justicia para evitar sanciones y la acusan de ser inconstitucional y alterar la libertad de comercio ya que "se está obligando a las empresas a fabricar una prenda que no podrá vender". Y van más allá. Dirigentes de las cámaras que nuclean a los fabricantes relativizan la relación del predominio de los talles chicos en los negocios con el crecimiento de los trastornos alimentarios.

Nutricionistas, psiquiatras, consumidores y ONG's orientadas a la lucha contra esos trastornos piensan distinto. Creen que la falta de talles grandes en el mercado y las denominaciones inciertas actúan como una presión que lleva a muchas adolescentes a exagerar las dietas y medidas para verse más flacas. Desde ese mismo sector se ve con los mejores ojos las iniciativas que buscan instalar un nuevo modelo de belleza en el mundo. Pero advierten que poner el foco sólo en el aspecto cultural es insuficiente. Y que se necesita, a la vez, apuntar a las cuestiones psicológicas, biológicas y sociales que se encuentran detrás de cada caso de bulimia y anorexia.

LA POLEMICA POR LA LEY DE TALLES

La escena tiene lugar en una casa de venta de ropa para chicas, en pleno centro platense. Una de las vendedoras, Valeria, reconoce que es un problema de todos los días el de las adolescentes que se van con las manos vacías porque no encuentan ropa para su talle. Le pasa a las rellenitas, dice Valeria. Pero también a las altas y a algunas demasiado bajitas. Y no es un problema de su comercio, aclara: "Pasa en todo el centro". Al lado de ella, Gisella, otra vendedora, interviene y discrepa: "cuando tuvimos talles grandes nadie los compraba y hubo que liquidarlos", dice. Las dos creen que la ley de talles aprobada recientemente en la Provincia y que exige que los comercios de ropa para adolescentes tengan en stock todas las medidas de los modelos que están a la venta va a poner a los comerciantes en un apuro, después de que los fabricantes anunciaran esta semana- que recurrirán a la Justicia porque consideran que la norma es inconstitucional y que atenta contra la libertad de comercio. También dicen que les resulta imposible cumplir con sus requisitos en los plazos establecidos, porque la ropa para la temporada primavera-verano ya fue fabricada antes de la sanción de la norma.

La Ley de talles es el resultado de una antigua lucha de las asociaciones de consumidores y de entidades de lucha contra los trastornos alimentarios, que no dudan de la existencia de una relación directa entre la falta de talles grandes de ropa para adolescentes y el incremento de los casos de bulimia y anorexia en la Argentina. No encontrar la ropa adecuada para su talle actúa en las chicas como un imperativo para alcanzar la figura modelo a toda costa. Eso, en conjunción con determinados factores de riesgo psicológicos, biológicos y sociales, representa un camino seguro hacia un trastorno alimentario, según afirman, por caso, en ALUBA (Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia), una de las entidades impulsoras del proyecto original, que pertenece a la ex diputada María del Cármen Banzas.

Frente al reclamo empresario, en tanto, la Provincia aseguró que no habró prórrogas, porque la ley fue consensuada con el sector. La norma estableció el 21 de junio pasado un plazo de 180 días para que fabricantes distribuidores y minoristas pongan las nuevas medidas en la cadena de comercializacin y establece nuevas reglas para la marcación de la indumentaria, obligando a eliminar las denominaciones "S", "M", "L" y "X" y a identificar las prendas con números del 38 al 48.

CAMBIAR EL IDEAL DE BELLEZA: EL DEBATE DE FONDO

En la misma sintonía, son muchas las iniciativas que, como la norma bonaerense, aparecen en el mundo para jaquear el legado de Twiggy, aquella modelo que en los años '60 impuso a la extrema delgadez como ideal de belleza femenina. Así, en Europa y Estados Unidos irrumpen con fuerza campañas publicitarias orientadas a generar un debate social y una reflexión interna entre las mujeres acerca de lo que es bello. Detrás de estas propuestas subyace la intención de recuperar una idea de "belleza natural", más cerca del común de las mujeres que de las super-modelos. O como los mismos mentores de las campañas eligen decir: a favor de una idea más amplia, sana y democrática de la belleza.

"La idea es ampliar el concepto de belleza y reconocer que esta no está sólo en los cánones establecidos y en una perfección que casi siempre es artificial, está llena de retoques y resulta inalcanzable para el común de las mujeres। Cada mujer tiene belleza en sí misma de una forma u otra y simplemente tiene que permitirse verla y descubrirla", indica, desde su página de Internet, una de estas campañas, impulsada por una popular marca de jabones y cremas faciales।

Recuperar la belleza natural de mujeres con canas, rollitos y arrugas es la intención declarada de la propuesta protagonizada, entre otras, por una bisabuela de 96 años, una mujer rellenita y otra llena de pecas, que saltaron a los carteles callejeros y a los avisos de la revistas marcando una diferencia.

Esa aparición generó un aplastante respaldo y no sólo porque la marca incrementó sus ventas y obtuvo resultados positivos, sino porque crecen las expresiones espontáneas de mujeres que saludan la iniciativa de ver en las publicidades a otras como ellas mismas o como sus amigas.

Hasta el último viernes, en la página de Internet de la campaña una significativa mayoría de votantes mostraba su apoyo en una encuesta organizada por la firma: 368.662 mujeres consideraban "perfecta" a la iniciativa contra otros 160.209, que la calificaban como "deficiente". Al mismo tiempo, 3.416 mujeres ya habían sumado su foto a una galería destinada a definir una nueva belleza y otras 17.566 habían firmado un libro de apoyo y hecho una donación para una fundación que busca apuntalar la autoestima de las mujeres que no se sienten lindas. Un grupo que sería más nutrido de lo que se cree, según los artífices de la campaña, que se basa en una investigación orientada a establecer un estereotipo actual acorde a la verdadera perecepción que las mujeres tienen de la belleza femenina. Y que descubrió que la mayoría no está satisfecha con su atractivo físico.

Algunos datos obtenidos en la Argentina (y que son coincidentes con los de otros rincones de la Tierra) alumbran conclusiones sorprendentes: sólo el 3% de las mujeres se siente linda, el 8% cree que es atractiva y apenas el 1% cree que es sexy.

La encuesta también arroja datos reveladores sobre la percepción de la relación belleza-éxito. Así, el 62% respondió que las más bellas son las que tienen mejores oportunidades en la vida y el 60% consideró que las físicamente atractivas son más valoradas por el sexo opuesto. En ese contexto, el 82% admitió que se sometería a una cirugía plástica y el 73% dijo percibir que la sociedad esperaque la mujer realce su atractivo físico.

La iniciativa de la marca de jabones no está sola. También en Estados Unidos crece paralelamente el número de campañas y anuncios en los que se destaca la belleza de las curvas femeninas en cuerpos comunes y corrientes.

Es un dato que parece coherente en un país donde la estética de las supermodelos choca con otra realidadad: un 63% de la población excedida de peso. Y donde esa paradoja redunda en millones gastados en cirugías estéticas, dietas, gimnasios y en la proliferación de trastornos alimenticios. A la versión norteamericana de la campaña de la compañía de jabones se sumaron posteriormente anuncios con la misma orientación de otras firmas basadas en la exhibición y reivindicación de la belleza de modelos rellenitas.

El antecedente más lejano de la tendencia lo establecía la cadena de tiendas Body Shop, con una campaña llamada "Ama a Tu Cuerpo" en donde una muñeca llamada Ruby (aludiendo a la abundancia de las modelos de Rubens) esclarecía a la población diciendo que por cada ocho mujeres que lucen como supermodelos hay 3.000 millones que se ven distintas a ese ideal de belleza.

EL RESPALDO DEL MUNDO ACADEMICO

Pero el respaldo no se limita a las mujeres que dejan su adhesión en la red, sino que se extiende al mundo académico y científico, donde se entiende que el estereotipo de belleza que impone la imagen de las modelos ultradelgadas ayuda a que se incremente la incidencia mundial de trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia.

Es que al decir de los especialistas, las imágenes de mujeres muy delgadas que bombardean constantemente las pantallas y las revistas estimulan una búsqueda de una imposible perfección en las mujeres comunes, sobre todo en las adolescentes.

Desde ese punto de vista, los especialistas destacan el valor de estas iniciativas para reducir un flagelo que en nuestro país alcanza proporciones alarmantes en todas las clases sociales y a edades cada vez más bajas.

Se estima que, después de Japón, la Argentina registra el porcentaje mas alto de mujeres con trastornos alimentarios. Y según las cifras que maneja Mabel Bello, psiquiatra y presidente de Aluba, uno de cada 10 jóvenes manifiesta hoy en la Argentina algún tipo de trastorno alimentario.

Para el nutricionista Norberto Russo, que es además presidente de Apadavis, una entidad de prevención de los trastornos alimentarios, se trata de dolencias con una incidencia creciente. El especialista dice que en los últimos años el número de consultas relacionadas con bulimia, anorexia y otros trastornos alimentarios se incrementó en nuestra región en el orden del 30%.

Y llama la atención sobre otro dato alarmante. La reducción de la edad a la que se registran los casos. Hoy llegan a los consultorios chicos de entre 7 y 9 años -una mayoría de mujeres, pero también algunos varones- que ya manifiestan serios trastornos de la alimentación.

Para Russo como para otros nutricionistas, psicólogos y psiquiatras enrolados en la lucha contra estos trastornos, cambiar los modelos de belleza a través de nuevos conceptos publicitarios y de una ley de talles es un buen comienzo, pero no alcanza. Estos especialistas destacan que en los trastornos alimentarios concurren factores psicológicos, biológicos y sociales que habría que combatir paralelamente para reducir la incidencia alarmante de estas enfermedades.

Destacan que en los últimos años los cambios en los hábitos familiares han determinado que los chicos coman solos y sin contención desde edades muy tempranas, un factor que puede ser explosivo en menores con factores de riesgo psicológico que los hacen proclives a los trastornos alimentarios.

Y al referirse a esos factores destacan que la misma realidad social que vive el país hace que los padres incrementen en sus hijos la sensación de inseguridad, que es uno de los disparadores que se encuentra en la base de estas afecciones.

Pero no es todo. También subrayan que en los últimos años se otorgó más importancia a los factores biológicos presentes en la base de estas dolencias, tales como ciertas deficiencias en los neurotransmisores que hoy se consideran insoslayables a la hora de encarar tratamientos que comprometen a profesionales de cada vez más disciplinas.

Estos especialistas entienden que, en este marco, la influencia cultural aparece como un tercer factor detrás de los componentes psicológicos y biológicos del problema. Y asumen que hacer foco solamente en él sería una medida complementaria e insuficiente para reducir un flagelo cada vez más difícil de controlar en los consultorios, donde recuperar a una adolescente bulímica o anoréxica puede demandar entre 4 y 5 años de arduo trabajo no siempre coronado por el éxito.

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